El CONICET y la Fundación Kamkunapa firmaron un convenio específico de Investigación y Desarrollo para avanzar en el proyecto “Agua Segura – Sistemas de mejoramiento del acceso y la calidad de agua en barrios de la ciudad de Salta”, orientado a diseñar y poner a prueba un prototipo capaz de producir agua microbiológicamente segura para consumo humano. La iniciativa busca ofrecer soluciones tecnológicas simples, económicas y adaptables a las necesidades de comunidades con acceso restringido a agua potable.
El acuerdo fue rubricado por el gerente de Vinculación Tecnológica del CONICET, Tomás Mazzieri, y por el presidente de la Fundación Kamkunapa, Pedro Javier Arancibia. Por parte del organismo científico, la responsable técnica designada es Verónica Beatriz Rajal, Ingeniera Química, Doctora en Ingeniería, docente de la Facultad de Ingeniería e investigadora principal del CONICET. En representación de la Fundación, el referente técnico será Agustín Pérez Marchetta.
Un prototipo para evaluar en territorio
El convenio establece la construcción de un prototipo de filtración, que será desarrollado en el Laboratorio de Aguas y Suelo (LAgS), donde también se diseñarán los protocolos técnicos y las instrucciones necesarias para su uso. La Fundación aportará los equipos e insumos necesarios para su construcción.
Una vez finalizado, el dispositivo será instalado en un espacio comunitario de la ciudad de Salta, seleccionado por la Fundación. En el mismo sitio se colocará un filtro comercial de referencia, que permitirá realizar análisis comparativos durante la validación en campo. Asimismo, la Fundación designará un responsable operativo para el seguimiento de las pruebas.
El equipo del LAgS estará a cargo de la puesta en funcionamiento y supervisión técnica del prototipo, monitoreando su desempeño y realizando los ajustes necesarios.
Impacto esperado
El objetivo central del proyecto es poner a punto y validar experimentalmente un sistema de filtración económico, versátil y de fácil operación, capaz de producir agua segura en pequeñas comunidades o barrios que carecen de acceso adecuado al recurso. De demostrarse su efectividad, el prototipo podría replicarse en otras zonas con dificultades de abastecimiento, mediante futuros acuerdos de transferencia y licencia.
La tecnología tiene potencial aplicación en áreas vinculadas con salud humana, acceso al agua, saneamiento y calidad alimentaria, contribuyendo a mejorar las condiciones sanitarias de poblaciones vulnerables.